Quiero abrir el año a lo grande, haciendo referencia a la película de Berlanga «Bienvenido, Mr. Marshall», canturreando  la cancioncilla y contagiándome de la alegría que sentían los habitantes de Villar del Río ante la llegada de los americanos.

En mi caso yo a lo que doy la bienvenida no es a los americanos sino a los váteres de Armitage Shanks. Más concretamente con la entrada del nuevo año y el final de las vacaciones de navidad, me despido del Sr. Roca y le doy la bienvenida a este caballero de nombre de estilo tan militar ante el que parece que te sientes forzado a saludar educadamente antes de pasar revista. Por que por si algún habitante de esta nuestra isla británica de adopción no se había percatado aún, esta marca de retretes es la clara dominadora del panorama de baño de este país. Este dato no es arbitrario, yo ya llevo  más de 18 meses contrastando datos y realizando la estadística en la que Mr.Armitage gana por goleada. Reconozco que es la típica cosa curiosa a la que la mayor parte de la población mundial jamás habría prestado atención pero que en mí, quizá por la manía de ir leyendo y memorizando sin remedio todo lo que se pone delante de mis narices, ha llegado a convertirse en algo algo de chequeo rutinario del cual aún no había visto el momento adecuado de mencionar. Y es que el señor Armitage debe tener un emporio comparable con el del de Zara, por que ya os digo que sitio al que voy, sitio en el que me encuentro esa característica firma que me hace sonreir. Tal ha llegado a ser mi obsesión que he investigado y descubierto que hasta una banda de punk de dudosa reputación de los años 70 llevaba ese nombre en su honor con todas las canciones-coñita que conlleva, claro. Esto me ha llevado a confirmar que la marca de Mr.Armitage Shanks es una institución en el Reino Unido. En ocasiones pienso que si las conclusiones que sacara de mis hipótesis científicas fueran tan claras como esta…probablemente estaríais ahora mismo en el blog de toda una eminencia de nuestro tiempo.

Está claro que deberíamos aprovechar el tirón comercial y nosotros hacer lo mismo con el Sr. Roca, toda una institución en España pero al que con nuestra ignorancia estamos haciendo que esté pasando a un segundo plano. Desde aquí, contribuyo con mi granito de arena –que no con la caquita con ojos del Whatsapp — a que la tan conocida  expresión «ir a visitar al Sr. Roca» suene más alta que el cuerno de Gondor. Esta primera entrada del año también sirve de homenaje a estos entrañables seres que dentro de sus distintas formas y colores  me han…sujetado durante tantos años.

No quiero que esta entrada se considere como algo escatológico y vacío de contenido. El váter puede ser utilizado como figura retórica para definir el final de un año y la combinación del retrete español con el retrete británico, la prueba más fehaciente de que supone el inicio de una nueva. Especialmente después de estos días de excesos alimentarios, creo que la relación con este elemento del hogar se estrecha un poco más y pasa a ser  el hombro de un fiel amigo en el que uno se apoya en momentos complicados — aunque para algunos  esta relación es igual de estrecha durante todo el año. El váter también representa todo el mal rollito que está dentro de tí y  lo clara y limpia que se queda tu cabeza al deshacerte de todos esos desechos que saturan tu corteza cerebral con sólo pulsar un botón.

Este año empieza lleno de retos. Nos encontramos en la etapa intermedia de nuestro contrato dundiano, lo que quiere decir que toca ponerse las pilas para que nuestra relación — la laboral– llegue a buen puerto y nos catapulte hacia un futuro mejor y a poder ser más cálido. Es por esa razón por la que dejando de lado el día de transición de ayer, en el que debido a la vuelta al trabajo tengo que volver a hacer referencia al enano peludo que se adueña de tu garganta del año pasado, hoy doy por iniciado el nuevo año. Año en el que bajo la tapa del 2013, tiro de la cadena y levanto la tapa del 2014 en la que el agua clara del mar del Norte que reposa en mi Armitage Shanks me invita a pensar que será un año glorioso. Y es que no me queda más remedio que pensar esto por que aunque este no es tan cómodo como el venerable Sr. Roca…  al fin y al cabo es el que me escucha y sonríe todas las mañanas.

¡Bienvenido 2014!