Como si el mismísimo Chino Cudeiro hubiera poseído nuestros cuerpos, un sábado cualquiera de trote por Tentsmuir se ha acabado convirtiendo en un divertido multi-aventura en el que la actividad principal es no respetar la señalización del bosque.

¿Qué tiene de divertido correr un sábado por la mañana? Haces ejercicio, liberas las tensiones acumuladas durante la semana, combates a tu incipiente tripa cervecera…y como cosas extra, en ésta época del año también puedes recoger setas, mear en los arbolitos, hacer series de Tabatas destructores  y subir por bloques de troncos resbaladizos, para sentirte como un hombre rudo escocés al que le persigue una horda de chinos de Humor Amarillo.

chinocudeiro

Ayer fue uno de esos días en los que yo creo que nos apetecía hacer el cafre. Recoger setitas en bolsas de caca de perro (no termoaislantes) no era suficiente. Por esa razón, cuando vi los carteles de «prohibido subirse a los troncos» junto a un montón de ellos en forma de escalera… mi lado salvaje liberó una risita maquiavélica a modo de Mini-Yo que hizo inevitable que gritara aquella frase de «no hay huevos». Y algo debe estar pasando en nuestras mentes. No se si es el cambio de hora o que el bosque libera sustancias nocivas para la salud, pero en cuestión de segundos estábamos dando brincos por los troncos movedizos. Si en ese momento nos ve alguien, seguro que llaman a la tele para rodar una nueva versión a la escocesa del mítico programa que se llamaría: Humor Escosecillo.

Por suerte no tuvimos ninguna luxación ni aperturas de crisma indeseada como en el programa de los chinos, pero es que a esos les encanta el riesgo y lo nuestro aún no llega a tanto. Lo único que nos llevamos fue la crítica de nuestras compañeras guatequeras que desde la distancia nos decían que si los sábado quedábamos para hacer ejercicio o para ir a juguetear por el bosque. Y realmente no se que contestar a esa pregunta. Sudar, yo creo que sudamos poco, pero pasamos una mañana la mar de entretenida. Lo mejor fue llevarme el trofeo a la seta –no alucinógena– del día. Aquí en nuestro bosque, lo de recoger setas parece ser el deporte internacional. Digo internacional por que a los único que no ves rebuscando junto a los árboles es a escoceses. Pero rusos, italianos, franceses, españoles… los que quieras. Yo voy a ver si durante estas gymkhanas otoñales aprendo a distinguirlas y me convierto en hombre recolector que sale al campo para traer la comida a casa.

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Con ésta curiosa entrada hago mi primer centenar de hisotrietas como bloguero.  Incluso a mí me parece increíble haber llegado a este número, quién me lo iba a decir. Por eso me ha parecido bonito que la entrada correspondiente a un número tan serio sea hablando del bosque al que vamos cada fin de semana por una razón u otra. Por que así es Tentsmuir, un foco de actividades de todo tipo. Es cierto que Dundee no tiene mucho atractivo turístico, pero al visitante le diría que no dejara de venir por aquí. No hace falta adentrarse en la Escocia profunda para pasar un buen día perdido en mitad de la naturaleza, todo está… a tiro de puente. Focas, setas, troncos, barbacoas, garrapatas… simplemente tienes que decidir que camino seguir, pero la diversión está asegurada. Yo, al igual que el bosque, espero seguir entreteniendo a conocidos y desconocidos durante al menos otras 100 dundeeventuras más.

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