El Sol, que astro tan importante. Su luz es vital, necesaria para sintetizar vitamina D, nociva en la playa si no llevas factor 50 y un elemento imprescindible a la hora de encontrarte tan alegre y contento como Carmen Sevilla en Cine de Barrio. Por otro lado, Escocia, que país tan carente de luz durante largos periodos. El Sol y Escocia, que dos palabras tan cortas y que dan resultados tan poco sorprendentes al poner estas dos palabras juntas en el buscador de Google. Aunque esta vez es diferente, porque hay que añadirle un factor extra: el factor eclipse. Y es que en durante un fenómeno astronómico tan impresionante como el del viernes pasado, resultó inevitable el no pensar en la canción de Bonnie Tyler, «Total eclipse of the heart«, pero con la versión adaptada de «95% eclipse of the Scottish Sun». En un principio había pensado hacer una traducción adaptada haber puesto una traducción de la canción pero me quedaba muy ñoña la entrada. Siempre lo he dicho, las canciones en inglés mejor dejarlas como están, porque en español queda todo muy repipi –sino, véase James Blut con el exitazo «You´re beautiful«.

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Teníamos mucha ilusión por ver el eclipse, pero ciertamente el panorama meteorológico de la semana no invitaba a hacerse muchas ilusiones para el viernes. Nubarrón, más nubarrón y más nubarrón de lunes a jueves hacían más que posible que el eclipse fuera a ser real, sí, pero como todos los días de la semana. Pero sorprendentemente, el viernes las nubes desaparecieron al igual que lo hace el agua de la bañera al quitar el tapón: se esfumaron a algún lugar que ni Lobatón sabría averiguar. Aún, cuatro días más tarde no me puedo creer que se nos presentara un día tan despejado para disfrutar del momento. Como teníamos que ponernos en marcha camino a Crieff para pasar el fin de semana de hermanamiento científico dundiano no pudimos pasarnos por el observatorio como el resto de la población de esta ciudad. En cambio, paramos en uno y cada uno de los «layby» –los que no estaban llenos– de la carretera para hacer fotos de todo tipo de formas ingeniosas que se nos ocurrían: en peineta, en abanico, en formato coche de malote con los cristales tintados…

Y sí, las imágenes son ciertas, no hay Photoshop. Había más sol en Escocia en un día de eclipse solar del 95% que cualquier otro día del año. Sí, así de curioso es vivir en estas latitudes, hay que aceptarlo. Y una de las cosas buenas que tiene el trabajar en ciencia es que te puedes fabricar unas películas visiona eclipses así como el que se compra unos botellines en el bar de la plaza — y sí,  no nos hemos quedado ciegos. Lo cierto es que no esperaba yo que nos salieran unas fotos tan chulas con la cámara del móvil, pero es que nos veníamos arriba cuando nos llegaban Whatsapps de gente desde Madrid y de otras partes de Escocia diciendo que no podían verlo porque estaba nublando. Estaba claro que estábamos en el sitio indicado en el momento oportuno. Vale que estábamos en mitad de la carretera y que cada vez que pasaba un camión sentíamos moverse los pelillos del flequillo, pero teníamos que aprovechar bien el momento. Vale, bueno, llegamos un poco tarde a las charlas, pero la ocasión realmente mereció la pena.

Ahora, la imaginación de la gente no tiene límites. He estado viendo durante estos días fotos que ha hecho la gente del eclipse y efectos con las sombras, y lo cierto es que son una pasada. Yo ya me he apuntado unas cuantas y he puesto una alerta en el móvil para que el próximo eclipse allá por el 2026 no me pille desprevenido. ¿Dónde andaremos por ese entonces?

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