¡Habemus ventanas nuevas! Casi ha pasado ya un año, pero después de muchas llamadas, cartas, consultas, cabreos, amenazas…por fin hoy ha acabado la odisea, hoy ya puedo decir que ¡tenemos ventanas nuevas! Bautizaré a toda esta historia como nuestra particular Windows Experience.

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El estado de las ventanas de nuestra pequeña mansión dundiana dejaba bastante que desear. Aparte de no haberse limpiado los cristales en años, los cierres estaban medio rotos y las gomas no hacían bastante presión y dejaban pasar el aire. Pero eso no era lo peor, dos de ellas ni siquiera se podían abrir por que se salían de los raíles y corrías el riesgo de quedarte con ellas en la mano, y en otras había condensación. Un circo. El tema de gestionar la reparación ha resultado ser más complicado que montar todos los muebles de Ikea. No daré nombres (todavía), por no hacer sangre y por no tener problemas, pero no recomendaré a nadie esta compañía si alguien me pregunta en un futuro por que son capaces de acabar con la paciencia de cualquiera. Eso sí, me da envidia cochina el futuro inquilino de este piso por que se encontrará con una casa completamente diferente a la que nosotros nos encontramos. Pero no es día de quejarse, hemos ganado el pulso y al final hemos conseguido lo que necesitábamos.

pulso

Además el día de hoy me ha servido para vivir un bonito listening made in Scotland pasando la mañana con tres cristaleros glaswegians que en cuestión de minutos estaban poniendo la casa manga por hombro. Sinceramente, con mis escasos conocimientos ventaniles he de decir que me he quedado muy sorprendido al ver como se desmontan unas ventanas. Pensaba que serían necesarias unas herramientas sofisticadas, pero nada de eso, cuando les he visto aparecer con unos serruchos de un porte descomunal me he quedado flipando en colores. Que brutalidad, que poco mimo. Yo quería cambiarlas, pero yo creo que incluso se han ensañado con ellas.

Hemos hablado de fútbol, del tiempo y de las discotecas de Dundee, tres temas básicos que todo ciudadano de a pie ha de controlar allá donde esté si se quiere relacionar debidamente con el sector servicios. Pero además de los tres temas básicos, les he cautivado con la foto que tengo con el kilt al lado de la tele. Esto les ha llegado al alma y  o se estaban descojonando de mis pintas o me han acogido como a uno de los suyos. Durante su arduo trabajo destructor, han tenido tiempo de sacarme un parecido – a mi parecer poco razonable – con Marc Crosas, un jugador de San Feliu de Guixols (San Félix de los Girasoles para los amigos), que estuvo hace unos años en el Celtic de Glasgow. Yo no se que pueden ver en ese muchacho que no tenga yo, pero había que tenerles contentos y para gustos los colores.

crosas

Aunque he de decir que de entre todas las profesiones Playmobil que han pasado por casa la de cristalero es los que más me ha gustado hasta el momento. Son limpitos, tiran de la cadena, no huelen y ¡hasta friegan los vasos si les das un café! Es verdad que hablan igual de raro que el resto y tengo que poner cara de fistro-pecador-cobarrrrde para entenderles, pero yo me declaro fan de los cristaleros. Si me reencarno alguna vez en algo, que sea en cristalero por favor.

Así que la gran noticia de hoy es que ahora podremos disfrutar de unas temperaturas mucho más agradables en casa gracias a estos nuevos super-mega-cristales con gas argón en su interior (no es broma). Espero que además de estar calentitos, ahorremos en electricidad durante el invierno.

¿Os he dicho que aún no me creo que se haya acabado la historia esta?¡Pues no, no me lo creo!