Es inútil, hay veces que por mucho que lo intentes y por mucho empeño que pongas es imposible memorizar ciertas cosas. Y todo empieza desde pequeño, el momento de aprenderse las tablas de multiplicar. Esta es una etapa traumática para todo pequeño escolar, ya que a esa edad no se es capaz de comprender la razón por la que hay que ir más allá de ser capaz de entender los carteles del 2×1 del supermercado y tener que memorizarse a cholón 100 números simplemente por que sí, por que la profe lo dice.

dcd7cc4e0

Pero este mal trago pasa, la vida sigue y este momento clave de tu educación es claramente sobrepasado por el momento de tener que aprenderse la tabla periódica. En esta etapa de tu vida ya estás mucho más curtido, te sabes todos los jugadores de la Liga, haces torretas con las sillas, lanzas tizas antes de que llegue el profesor…vamos, molas. Pero todo el mundo estará de acuerdo en que el hecho de tener que cantar los elementos como si fueras un papagayo no viene a cuento, se mire por donde se mire. Es una cosa sin utilidad alguna que lo único que sirve es para quemar neuronas durante dos meses y seguir dándote cuenta años después que fue una causa perdida por que sigues confundiendo la plata con el platino. Realmente, una vez superados estos dos grandes tragos ya no tienes que aprenderte nada más de memoria en el resto de tu vida estudiantil, ni siquiera en la universitaria. Quizá lo pasas un poco mal aprendiéndote la nomenclatura de la química orgánica, pero como es más o menos a partir de ese momento cuando empiezas a adentrarte en el mundo de las chuletas, en grabar cosas en la mesa con el compás, hacer misiones arriesgadas al baño en mitad de un examen…en fin, en definitiva a desarrollar una inteligencia superior, pues vas saliendo del atolladero como puedes. Una pena que todo esto se vaya al traste años después.

PeriodicTable

Años más tarde, algunos inconscientes son capaces de adentrarse en el dichoso mundo del doctorado. Unos pocos incluso son capaces de tras sobrevivir a estos años de tortura cerebral, abrir sus alas para volar a parajes insospechados fuera de la piel de toro donde una vez más tendrán que dar uso a su memoria, aunque esta vez por motivos diferentes. Y bien, por si alguien aún no se ha dado cuenta, esa es mi historia. Formo parte de ese grupo de supervivientes de todo este proceso educativo que actualmente da con sus huesos en Dundeeland, un sitio tan increíblemente fantástico y lleno de fauna tan variopinta como el jardín de Michael Jackson. Pues bien, todo este rollo macabeo viene a cuento por el mayor problema social al que me estoy enfrentando: aprenderme el nombre de los indios.

Gallery Neverland 31[1]

No quiero sonar desagradable ni intolerante. Vivir en el extranjero tiene muchas cosas positivas, aprendes a desenvolverte por ti mismo, aprendes a  tratar con carpinteros, conoces gente de muchas nacionalidades…pero todas estas cosas tienen un denominador común: necesitas aprenderte los nombres de esta gente. Y aquí es cuando los indios de la India, entran en escena. Son gente majísima, encantadora y con un parecido asombroso a nuestra forma de ser. Pero no hay manera, no lo consigo, lo de sus nombres me queda muy grande. Está siendo más complicado que aprenderse una vía de señalización. Intento utilizar todos los trucos nemotécnicos que conozco, incluso buscar una similitud en castellano, pero no hay forma. Da igual de donde sea el indio en cuestión, por que a mi todos los nombres me suena como una conjunción horrorosa de consonantes all together, que no hay santo que descifre sin poner cara de» what?»

carlitos

El tema es que me da vergüenza, por que no quiero acabar cayendo en el clásico «eh tú, perdona tú, disculpa tú…», por que uno tiene un caché que mantener. Pero es inevitable y acabo recurriendo a la estrategia de dirigirme a ellos diciendo su nombre muy bajito muy bajito (o lo que creo que es su nombre) y luego disparar rápidamente lo que quiero  decir, como queriendo olvidar lo que antes ha salido de mi boca. Un número. Yo sigo haciendo my best, pero la progresión es lenta o nula. Por eso quiero aprovechar para excusarme con adelantado con todo indio conocido o por conocer al que no sea capaz de llamar por su nombre correctamente. No es nada personal, pero o hacen como el chino este que participó con España en los juegos olímpicos, ese al que no quedaba otro remedio que llamar Juanito, o esto está condenado al fracaso.

como_te_llamas