Se me ven los colores, lo se, pero es que estoy en plena explosión de felicidad. No me considero una persona supersticiosa pero el Taybridge Bar, el pub al que voy habitualmente a ver los partidos del Madrid aquí en Dundee, no me ha estado trayendo mucha suerte en estos dos años. No se lo que es, pero algo oscuro se mueve dentro de ese pub que hace que tres de cada cuatro veces que entro para ver un partido, el Madrid palma.
Hoy no podía ser así y aunque no fuera por superstición, no me la podía jugar, había que darle la vuelta a la situación. Así que he dejado el bar de lado y me he venido a casa, donde me he hecho un ovillo en el sofá enganchado a mi bolsa de pipas. He abierto veinte páginas con veinte distintas retransmisiones distintas emitidas desde tropecientos países para ver la finalísima de la Copa del Rey. La calidad…dejaba bastante que desear, pero entraba dentro de lo esperable si se tiene en cuenta la cantidad de expatriados que hay por el mundo. Así que he complementado la imagen cortada y pixelada de la retransmisión con mensajitos de Whatsapp, correos y un desarrollo excepcional de la intuición. Confieso que he sufrido y gritado y también reconozco que he deseado que el arbitro pitara el final. Pero que felicidad señores, que felicidad. No me daban los dedos para teclear, tenía el pulso como para robar panderetas. Primer título dundiano y todavía una fuente sin localizar. Se me ha pasado la cabeza bajarme al Tay, pero no al Bridge, no, al río. Pero la idea se me ha ido tan rápido a la cabeza como Bale corriendo por la banda, por que Marta me ha echado una mirada de esas que te dejan las cosas muy claritas instantáneamente. Ahora, creo que voy a estar viendo el gol una semana entera.
De paso, ver este partido en casa me ha servido para darle mi más calurosa bienvenida a nuestros vecinos del piso de arriba. No quiero que piensen que tienen un hooligan como vecino, pero espero que mis gritos les sirvan de medida disuasoria para que muevan su coche de nuestra plaza de aparcamiento. Han cometido el error de invadir nuestro sitio, y eso no puede ser, es invasión de territorio y ese está bien meado. Pero bueno, eso es otro tema a solucionar otro día. De momento hoy a dormir bien…¡hala Madrid!
Jajajaj, menos mal que no has ido al bar….y que calladito te lo tenias, tu has sido el gafe todos estos años!!!!
Sí, eso he pensado yo cada vez que salía de ese maldito bar…Pero no volverá a pasar. Me vuelvo supersticioso a partir de hoy mismo
Menos mal que el arbitro pito el final del partido, sino me veo en el ninewells!
La taquicardia que tenía al final del partido no era ni medio normal, creo que me tomo demasiado en serio estas cosas….
Marta, nos aguaste la fiesta ;-). Solo queríamos celebrarlo a lo dundonian ja ja ja ja ja
Creo que lo llegamos a celebrar a lo dundonian y no acabamos el postdoc en la vida
Fui testigo algún rato, hala Madrid!!
Ver (leer) para creer…