Una semana, ese es el tiempo que he tardado en cerrar mi cuenta pendiente con el mar del Norte. Realmente ha sido algo inesperado por que hoy si que no entraba en mis planes el siquiera intentarlo. Pero esta vez he tenido la inestimable ayuda de dos cabezones que han contribuido a que ya no hubiera marcha atrás, y sin prepararnos ni nada, en un par de chapoetos estábamos tiritando en las gélidas aguas norteñas. Sí, está vez sí que hubo huevos.

Por miedo a represalias no puedo más que poner un par de imágenes representativas desde la distancia, aunque mucho me temo que las nuevas tecnologías nos han hecho un flaco favor y actualmente hay varios bonitos álbumes fotográficos de nuestros cuerpos paliduchos que espero jamás salgan a la luz.

La gracia ha sido un poco…incómoda, por que al no ir bien preparado el estar llenito de arena, con costritas de sal por todo el cuerpo y con los pantalones de montaña puestos…no ha sido una experiencia muy agradable, poco Flex digamos. Lo bueno es que un día cualquiera de barbacoa se ha convertido en un día ideal para tachar otra cosa de la lista. Tras la prueba concluida, lo que puedo decir bien claro es que esa temperatura del agua te da un hambre atroz, es como si te consumieras vivo para sobrevivir 5 minutos ahí dentro y sales descompuesto y con el cuerpo da un color muy chungo. Pero hemos tenido la mejor recompensa, una buena barbacoa con McSol aporreando bien en Tentsmuir. Muy contentos por un lado aprovechando un día radiante, pero un poco asustados sabiendo que por otro lado quizá no se repitan muchos como este durante este «verano». Pero la cosa está clara, haga el tiempo que haga hay que salir. Quedan 20 días antes de que los días empiecen a menguar de nuevo (que bajón me da simplemente decirlo) y hay que hacer lo que sea, como sea y cuando sea.

Como dato, decir que me he enterado que aquí no se puede llevar alcohol a las barbacoas. Es algo que desconocía por completo y que me ha vuelto a dejar patidifuso. El tema es que te puedes mamar como una avutarda coja durante toda la semana sin importarle a nada ni a nadie, y no te puedes tomar una cervecita con tu bocadillo de panceta. ¿Alguien tiene alguna explicación? Pues bien, como cuando vas a casa de los romanos tienes que hacer lo que hacen los romanos…hemos tenido que esconder las latas debajo de la mesa y suministrárnosla en vasitos de plástico como si fuéramos politoxicómanos en su día de recreo. Pero, y lo bien que ha sentado…eso no nos lo quita nadie. Ahora lo único que creo es que realmente vamos a necesitar after-sun, de nuevo…