Escocia sigue teniendo lugares desconocidos para el invasor y nunca es tarde para conocerlos. Salir a hacer alguna caminata en un glen es un plan imprescindible durante esta época del año. Hay grandes bandadas de midges en cuanto te metes en alguna zona algo frondosa y poco ventilada, pero la temperatura es agradable y luz suficiente como para no tener la excusa de quedarse en la cama. Por eso hoy, junto a tres de los mayores frikis de los bichitos y de las plantitas que te puedes echar a la cara en Dundee, hemos puesto rumbo al norte a conocer el Glen Lyon.
He de confesar que estoy aprendiendo más de estos tres individuos en nuestras salidas de campo que en dos años de zoología y botánica en la universidad. Que dominio de los bichos y de los pajaritos. Tú te encuentras mirando con precaución el camino para no tropezar y ellos ya están discutiendo de si el pajarillo que se posa en el quinto pino es un gorrión o un buitre leonado. Eso sino te les encuentras intentando coger renacuajos de un charco o de sacarles las arrugas a una libélula. Científicos de b@ta sin ninguna duda.
Por nuestra parte, Marta –a la que a partir de ahora definiré como Dora la Exploradora — y yo, pues nos hemos dedicado a disfrutar del paisaje, tomar notas de nuevas palabras en inglés y a pisar brezo, mucho brezo. La ruta que hemos hecho hoy empezaba por un camino que iba a lo largo del glen hasta llegar al Loch Rannoch, pero haciéndonos los exploradores cósmicos hemos decidido dejar el camino para las cabras y ponernos a subir montaña arriba a través del brezo aún sin florecer como si de ciervos nos tratáramos. La experiencia ha sido positiva en ciertos aspectos: buena para el estómago, por que el subir campo a través da un hambre voraz, bueno para la paciencia por que ser el amigo de Dora la Exploradora en estos momentos puede ser algo tedioso pero que refuerza tu karma y en cambio puede que algo negativo para las articulaciones por que nuestros «pinrelicos de gheisos» no están preparados para estos montes de brezo — o de «puto brezo» como decía Dora en repetidas ocasiones.
Pero efectivamente, todo sacrificio tiene su recompensa. Las vistas desde la cima han merecido mucho la pena el esfuerzo realizado para llegar hasta arriba. Eso y el momento de ponerle la piedra al mojón, que es algo así como ganar la Champions por que dices aquí estoy yo, hasta aquí he llegado y «que me quiten lo bailao». El bocata de mortadela del Lidl que me he atizado como un campeón para celebrarlo ha repercutido un poco sobre mi sistema intestinal, ya que ha decidido estar un poco revoltoso durante el resto del camino, amenizando bien toda la bajada y ayudando a Dora a no perder mi rastro –aunque no daré más detalles por eso de no resultar escatológico. El tema es que la sensación de estar perdidos en mitad de la nada, sin nada más en el horizonte que brezo, ciervos, montes pelados, lagos y nubes…como diría mi hermana, es un momento bastante bucólico.
La bajada como decía ha sido harina de otro costal. Por aquello de no resultar repetitivos hemos tomado la decisión de bajar un poco más «a pelo» si cabía dentro de lo posible e ir a coger el camino que se veía a tomar por saco a través del brezo en formato desnivel mortal nivel 10. A mi me ha resultado hasta divertido por que me recordaba a mi época adolescente kamikaze por los cerros belinchoneros, pero a Dora tanto brezo la ha acabado tocando un poco las…narices y gracias a que no teníamos a mano unas cerillas o una pavimentadora, por que si no el paisaje de las Highlands habría cambiado en menos de lo que cantaba un gallo. Pero anécdotillas aparte, buen día domingo. Nada aburrido, a pesar de que las localidades del camino sugerían todo lo contrario… que sentido del humor tienen estos escoceses poniéndole nombre a sus pueblos.
O sea que el magnífico brezo que tanto me gusta en sus tonos rosáceos tiene su miga en la distancia corta, no me extraña que al final terminarais dando saltos cual cabras ja ja, que bonita excursión….para la próxima!
En su miga, en su más profunda miga tiene un tanto de peliagudo el ascenso por sus escarpadas laderas. Pero bueno, ahora siempre que lo miremos cuando pasemos por delante tendremos claro a que nos recordará
La foto tuya con Dora….da para escribir un libro y las formas de conquistas rupestres que habéis hecho, además de esa pose Zara Autumn….que estilo!!!
Dora y yo posamos para la ocasión. Claramente en nuestras caras se pueden leer nuestras impresiones tras el ascenso.
No mencionare ni una palabra mas sobre este matojo de mala muerte, pero aun cada vez que me pica una pirran me pregunto si será una simple picadura de un infernal midge o una de esas cosas que viven en los brezos que te chupan la sangre y te vomitan bacterias si les echas aceite y de las cuales el pato sabe mucho
jjajajaj, si es que la falta de sol te está trastocando jejejej. Por unas plantitas que serán de lo más inofensivas…:)
Ains, mi gran urbanita. Espero que hayas tenido unos muy felices sueños llenos de bichitos parasitantes de cuerpos
Si quieres cuando vengas te llevamos al brezo, ya veras que emoción cuando vayas a cambiarle al agua al canario, sobretodo sin que el padre de Javi este ahí para socorrerte 😉
Jajajaja, él sólo comprobó que todo estaba correcto, el que solucionó el problema fui yo 🙂
No quiero saber los detalles…me duele solo de pensarlo…
¡Ah! Y para ello, recuerda traer tus Adidas altas
Qué fuerte, jajaja. Marta caminando por lo salvaje?!?! Llego a proponer yo esa idea en cualquiera de los viajes a Escocia y tendríamos que haberla sedado para meterla por ahí y cuesta arriba!!
Sorprendido estoy Marta!! Cuándo repetimos!!
Ya ves, esta chica nunca dejará de sorprenderme. Ahora le ha dado por hacer la cabra loca por el monte. Prepara alguna excursión por algún pinar de Barcelona y allí la tendrás, la primera de la fila