Ya estamos de vuelta. Tras pasar unos estupendos días de desconexión, el domingo tomamos el ascensor desde Alicante para volver a Dundee a lo más puro Desafío total.

total-recall-desafio-total-catarata-L-HPh0n3

Y es que si brusco es asumir que las vacaciones han acabado, más lo es el tener que hacerlo con un bajón de temperatura de 25 grados así de sopetón. Resulta un tanto desconcertante el estar mojándote el culo en el Mediterraneo por la mañana y por la tarde  estar con la bufanda puesta más allá de El Muro. El fenómeno de transformación bacteriana se queda corto comparado con esto. No me quiero hacer el friki, pero si el choque térmico este no te hace más fuerte… te deja lelo perdido. Vamos, que si unos científicos locos de esos nos analizan antes y después de coger ese avión… seguro que salen cosas raras — y no lo digo por las provisiones de ibéricos de la maleta.

choque-termico-ar-condicionado-2

Estas vacaciones se han producido a continuación de mi primera aventura en un congreso desde que estoy en Escocia. Es curioso que mi primera conferencia internacional haya sido en un sitio que para mi no lo es tanto, Santander, pero la experiencia  me ha servido para darme cuenta que en lo que trabajo día a día interesa a más gente de la que pensaba. Hay veces que te metes en tu mundo y no te das cuenta de lo que se mueve a tu alrededor, así que al menos esto me ha servido para ponerle cara a mis queridos rivales científicos. Al estar «jugando en casa» intenté hacer de buen anfitrión y animar a los guiris a probar cosas que no se pudieran tomar en otra parte, sobretodo bichitos del mar. Pero hay ocasiones en las que sientes que esta batalla está perdida, y verles oler y preguntar por cada cosa que te ponen para comer… es bastante desalentador. Pero también diré que es muy gratificante estar presente cuando cambian de opinión. El hecho de oír a alguien decir que había encontrado el Santo Grial al probar unas rabas de calamar…no tiene precio.

Santander_2014

No voy a negar que la asistencia al congreso fue parte de un minucioso plan que enlazaba con un tour peninsular de una semana de duración. Y es que ya se está convirtiendo en algo habitual esto de dar vueltas a lo largo y ancho de la piel de toro cada vez que vuelvo a casa. No se como lo hago, pero al final acabo haciendo kilómetros como un loco. Aunque está claro que para ver que las cosas están bien controladas, lo mejor es hacerlo in situ. Dejo algunos de los ejemplos de mi intensa investigación, aunque sólo unos pocos por que no quiero levantar ampollas que puedan acarrear dolorosas represalias en el futuro.

Una persona muy sabia me ha dicho durante estos días que estoy viviendo en el quinto pijo. Pues bien, puede ser que después de ver todas estas fotos hasta piense que esto esté aún más lejos. Pero si algo tengo cada vez tengo más claro es que basta que no tengas algo en tu día a día como para apreciarlo más. Y os puedo garantizar que he saboreado cada gota de sidra y disfrutado de cada granito de arroz como nunca. Por que me vuelvo con la sensación de haber aprovechado muy bien el tiempo. Además de dar vueltas en coche ha dado tiempo a dejar encarrilada la eliminatoria de Champions, sufrir en el dentista, renovar el pasaporte, ver a Jose, comprobar que la familia sigue bien, darle un achuchón a los amigos, ir de bodorrio… e incluso de ser feliz hasta teniendo arena en los zapatos ¡¡¡y hasta de sonreir al ponerme la camiseta después de haber estado nadando en el mar!!! Así sí que se disfruta de las vacaciones, por eso estoy encantado de poder estar retransmitiendo de nuevo…desde el quinto pijo.

Imagen1