La mayor atracción del jubilado en Dundee tiene que ser pasear Perth Road de arriba a abajo. Perth Rd es una de las principales arterias de la ciudad, que empieza algo antes del aeropuerto, cruza todo el West End y va a desembocar al centro del pueblo. Esta calle está plagada de peluquerías — curiosamente más que cabezas de dundianos –, pubs y locales de comida de dudosa calidad. Y como Dundee tampoco es una ciudad con una tasa de población muy elevada, la probabilidad de encontrarse con algún conocido en esta calle es bastante elevada. Por eso digo que el plan del jubilado muy probablemente sea pasearsela de arriba a abajo sin mayor motivo que pasar el rato y cotillear para ver que se cuece por la zona.

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Dundee es una ciudad top. Además de ser un sitio potente a nivel científico dentro del Reino Unido, también es líderes a nivel de población con diabetes, embarazos adolescentes, alcoholismo, obesidad, caries…y otras tantas maravillas. El tema del alcohol es bastante serio. Si vas bajando por Perth Rd en dirección al centro, la probabilidad de encontrarte con uno o más perjudicados aumenta más o menos cada 100 metros, llegando a su apoteosis final en el momento que llegas al Overgate.  En ese momento te encuentras como en un juego de rol, si te dejaran tirar un dado te saldría pifia o te aumentaría en un 10% las posibilidades de sufrir daños a tu integridad física. Lo bueno que tiene que el mayor problema de la sociedad sea el alcoholismo es que la gente esté tan perjudicada es que son más inofensivos que una sierra sin dientes, pero eso no quita que  cada individuo que te cruzas sea más peculiar que el anterior.

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Hoy hemos salido a cenar al centro después de habernos pasado el día currando para preparar reuniones y presentaciones varias, sí, así somos, responsables de vez en cuando. Después de pasarnos un bonito día de domingo dejándonos los ojos y las posaderas intentando dar lo mejor de nosotros mismos por y para la ciencia, hemos salido a dar un paseíto y dejar atrás las malas ideas. Andar por Perth Rd el domingo por la tarde es como cruzar el Sahara en pleno agosto, no hay nadie. Parecía que la gente estaba parapetada en sus casas esperando la llegada de los cuatro  Jinetes del Apocalisis o algo así, pero una vez hemos ido acercándonos al centro, los personajes curiosos han comenzado a florecer. Dejando aparte a los beodos, hoy nos hemos encontrado a un repartidor de periódicos  que nos perseguía por todas partes. A simple vista parecían periódicos como el de La Farola en España, pero con un repartidor raro. Nos ha mirado, ha venido hacia nosotros, ha balbuceado algo en algún idioma que me cuesta creer que fuera inglés y ha pasado de largo emitiendo algún otro sonido. Hasta aquí nada especialmente raro, pero al poco tiempo ha vuelto a aparecer por otra calle siguiendo la misma estrategia, como si no nos hubiera visto un minuto antes. Pero en nuestra ruta de rarunos también nos hemos encontrado a una chica que corría de tienda en tienda con una mochila abierta mientras se el caían un montón de prendas de ropa. Parecía como el cuento de Hansel y Gretel pero con calcetines y otras cosas. Al devolverle unas mallas del gimnasio y un gorro me he quedado ganas de preguntarle si corría por que le había pasado algo o si es que era politoxicómana. No me gusta juzgar a las personas así sin conocerlas, pero es que esta chica me ha dejado con una sensación confusa. Y por último, el otro habitante curioso de Perth Rd con el que hemos tenido que lidiar hoy es con el estudiante gallito en coche vejestorio. Este individuo suele ir con sus colegas borregos en el coche con las ventanillas bajadas y gritando, eructando o tirando hielos a la vez que pasan por tu lado. Esto lo suelen hacer en repetidas ocasiones durante la misma noche, no siendo raro el tener que decir aquello de «mira, por ahí van otra vez». Hoy por suerte no nos ha tocado vivir la experiencia del hielo, pero el del gritito ha hecho los honores para ser el tercero en la clasificación de la noche de hoy. Digo yo que espero que esta no sea su táctica de seducción, por que si es así creo que tienen el futuro más negro que el culo de un grillo.

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Estos son algunos ejemplos de la colección de individuos que te puedes encontrar por aquí, No es que considere que Dundee sea una ciudad peligrosa ni mucho menos, pero en ocasiones puede llegar a ser raro de narices. Calmada y silenciosa por un lado…pero con sujetos inquietantes por otro. Tenía razón Melendi, en Moratalaz las aceras son sinceras. Si te cruzas con un chungo, corre. En Dundee, pasear por Perth Rd un domingo puede convertirse en una tarde de domingo rara, tal y como dijo Amaral. Avisados estáis.

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