«Una de grillos» es una conocida expresión juvenil que hace referencia a una situación en la que un interlocutor no hace caso, no contesta o directamente pasa como de la mierda del otro interlocutor dentro de una conversación determinada. Esto produce una situación incómoda en la que el único sonido perceptible es el de uno o varios grillos. Esta definición es importante para introducir la actividad de hoy, el cricket. Así que como decía Mägo de Oz, el que quiera entender, que entienda. Y el que además sepa inglés y le haga gracia mi humor simplón, pues que lo disfrute.

Obviamente el tema de conversación favorito durante este mes es el Mundial de Fútbol. Todo el mundo opina, critica, valora y actúa como auténticos entendidos en la materia durante largas horas por la mañana. Pero además de esto hay tiempo para otros deportes que al menos para nosotros eran hasta ahora desconocidos y minoritarios. La presencia de una fuerte comunidad india alrededor de nosotros ha hecho que de una manera u otra hayamos tenido que estar involucrados en una conversación sobre cricket. Digo involucrados por deciralgo, por que realmente en lo único a lo que hasta ahora podía contribuir era para opinar del color de los pantalones de los jugadores o de la calidad de su afeitado. Por que si decía que era un deporte parecido al beisbol pues igual… me cortaban la cabeza. Pero esa situación, hoy ha terminado por que hemos organizado una jornada de iniciación al cricket en nuestro querido y cercano Magdalen Green park.

M.C.C. Universities Challenge Final  DURHAM M.C.C.U. v. CARDIFF M.C.C.U.

La excusa era hacer un poco de deporte, enterarnos de que iba el tema y de paso hacer una barbacoa, por que de nada sirve hacer un esfuerzo si después no hay recompensa. ¿Hemos pasado un buen rato? — Sí, cojonudo. ¿Hemos aprendido algo? — Bueno, más o menos me he quedado igual. Que juego más complicado, amigos. En teoría es tan simple como entender que hay dos equipos, un bate y una pelota. El lanzador tiene que hacer que el lanzamiento sea lo más difícil posible para el bateador e intentar darle a unos palitos –en este caso cajas de cerveza– que están detrás. Por su parte, el bateador el cual tiene que intentar mandar la pelota lo más a tomar por saco que pueda sin que el resto de los jugadores la cojan o si lo hacen que tarden el mayor tiempo posible en devolverla. Vale, hasta ahí perfecto, más o menos todos pillamos lo básico. El tema es que para entender el juego en toda su complejidad hace falta entender otras cien mil reglas las cuales no hemos podido asimilar. Por hoy con nuestra primera clase hemos tenido bastante con agarrar el bate –que pesa un huevo y parte de otro –, a lanzar la pelota –más mal que bien — y a correr con el peligro de darnos un buen porrazo los unos contra los otros –es lo que tiene mirar hacia arriba para seguir la trayectoria de la pelota y no hacer ni caso al que viene por el otro lado.

Pero al fin y al cabo el cricket es como el parchis y ni los propios indios se aclaran acerca de las reglas. Yo creo que les pasa igual y cada uno juega como se dice en su casa o es que son muy competitivos. La cuestión es que yo estaba muy atento intentando seguir la dinámica del juego pero no ayudaba el que entre ellos no se aclararan de si la bola ha sido buena, mala, alta, baja o si han sido uno o más puntos. Aún así la idea del cricket para torpes está bien, me gusta y desde luego han tenido una paciencia infinita con nosotros. Yo creo que no hacía tanto esfuerzo intentando llevar la cuenta de cabeza desde que empecé a llevar las cuentas en el mus y dejar de ser un vago y que los demás contaran por mi. Aunque desde luego a algunos se les ha dado mejor el tema de la comprensión que a otros. Marta por ejemplo, ha decidido que era mucho más claro atizarle a mi cabeza con el bate que a la maldita pelotita. Me habían llamado cabezón en alguna que otra ocasión, pero creo que esto ya roza el extremo de lo poco serio. Y por mi parte, el consejo que más me ha funcionado ha sido el de que al lanzar me fijara en la caja de cervezas. Desde luego, ha sido mucho más efectivo que el de tirar a los pies o el de agarrar la pelota de una determinada manera para darle efecto, no, mejor a por las birras. Una vez que he focalizado que ese era el objetivo, más fácil me ha sido. El problema es que después me ha tocado recoger todos los botellines, pero ese no es problema por que me he llevado la satisfacción de marcar un ensayo. O espera, ¿han sido dos?, ¿estaban eliminados?, ¿he doblado el brazo al lanzar? No entiendo nada, creo que voy a tener que practicar otra vez para entender este juego de gente complicada o los grillos van a seguir atormentando mi cabeza durante toda la semana. Desde luego nos quejamos de lo lindo, por que decir de la regla del fuera de juego del fútbol es complicada al lado de esto… ¡no sabemos lo qué decimos!