«Es mejor aprender cosas inútiles que no aprender nada». Con esta frase el maestro Séneca nos quería indicar que es de buen nacido el memorizar la mayor cantidad de cosas inútiles que sea posible para poder ser capaz de mantener un número elevado de conversaciones sin poner cara de lelo. Séneca debía ser un romano molón, de esos que estaba de orgía en orgía comiendo uvas con Cayo Obtusus mientras esperaba que le trajeran algo bueno desde la Galia que fumar, por que sino… no se exlica que le salieran las frasecitas estas.

Image

Durante estos días de sequía intelectual he descubierto una serie de cosas que me han dejado patidifuso. Quizá algunas de ellas debería saberlas por aquello de que se me ha pagado una educación costosa que vete tú a saber si algún día llegará a buen puerto, pero otras creedme cuando os digo que no las había oído o no había pensado sobre ellas en mi vida.

1. Los tulipanes se abren de día y se cierran de noche. 

El tulipán, ese gran desconocido. Para mí los tulipanes eran unas florecillas de colores chillones que salían en los campos holandeses o la marca de una mantequilla que salía en los anuncios de la tele. No tenía ningún otro dato sobre ellos hasta que hace unos meses descubrimos que en el Tesco vendían bulbos entre el pasillo de las mermeladas y el de la fruta y los plantamos en casa. Hasta ese momento, mi conocimiento en flores mótiles se quedaba en el girasol — puede ser debido a que son la fuente de mi mayor felicidad. Pero cuando el otro día abro las cortinas y veo el pistilo ahí a tope rodeado de sus estambres rebosantes de polen… aluciné en colores. Pero más aluciné al volver por la noche y ver que se ha vuelto a cerrar, así quedándose en tan poquita cosa. Menos mal que vivimos en la era de la tecnología y pude comprobar esto bien rápido, por que llego a estar sin internet y me da un pasmo ahí mismo. Ahora, diré que el ritmo circadiano de estos tulipanes debe estar algo tocado, por que se abren y se cierran cuando les viene en gana sin tener en cuenta si hay luz o no la hay. Aunque teniendo en cuenta el cachondeito que tiene aquí McSun con la luz…tampoco me sorprende tanto.

2. Los cocodrilos pueden comer sólo una vez al año. 

Parece que estoy dando rienda suelta a los comentarios destructivos, pero tampoco recordaba este dato acerca de nuestros amigos los cocodrilos. Puede ser que el hecho de tener horario de tarde en el colegio no ayudara a ver los documentales de La 2 o que me pillara muy pequeño los vídeos de Félix Rodríguez de la Fuente. El caso es que no recordaba yo que los animalicos estos decidieran hacer ponerse a régimen durante unos meses después de jalarse una gacela, eso es reposar bien la comida.  Pues bien, si hubiera sabido antes sobre esto habría quedado mucho mejor en la pasada reunión dundiana en la que me vi rodeado por tres veterinarios que intercambiaban un montón de datos frikis. Y yo, en ese momento de lo único que me acordaba era de…los tulipanes.

1219424108878_f

3. El arroz queda más suelto si le echas limón. 

El mundo de la cocina requiere experiencia y al igual que en la ciencia, prueba y error, prueba y error. Así llevo haciendo ya casi dos años. Pasé de hacer la mayonesa, a remojar garbanzos, hacer rosquillas de la abuela o hacer tortillas de patata a modo profesional. Pero lo que jamás se me había pasado por la cabeza es que aún quedaba algún truco para el arroz blanco. Pero sí, parece que si le echas un chorrito de limón al arroz…por algún mecanismo bioquímico que prefiero no investigar para no decepcionarme hace que los granos queden sueltos y no como una pasta con las que puedes alicatar el techo. Si alguno conoce algún truco casero que crea que desconozco, por favor están invitados a enviarme sus comentarios.

arroz

4. El deshollinador de Mary Poppins en realidad es el banquero de Mary Poppins.

Sí señor. Toda la vida cantando el supercalifragilisticoespialidoso y sacando una sonrisita al ver a una chica buscando algo en el bolso pensando que seguramente fuera capaz de sacar una lámpara de el a lo Mary Poppins, y no me había dado cuenta de que tanto Bert, el deshollinador, como el Sr. Dawes Sr, el banquero son el mismo actor. En mi defensa he de decir que nunca he tenido mucho tino en eso de distinguir caras. Más allá de que veo a todos los chinos iguales y que no soy capaz de distinguir a Morgan Freeman de Denzel Washington o liarme entre Leonardo di Caprio y Matt Damon… pues como iba yo a caer que estos dos personajes los interpretó Dick Van Dyke. Que cosas, ¿eh? Yo sigo alucinado, parece ser que es algo obvio, pero yo…sigo sin verlo. ¿Y qué por qué empezó todo esto? Por encontrarnos una dichosa moneda de dos peniques en el suelo.

Pues eso, o bien Seneca era un tío normal o yo me estoy volviendo un erudito peludito. Cada día soy un ser más perfeccionado con más datos en mi poder. Tengo muchas ganas de que llegue el fin de semana y poder transmitir mis nuevos conocmientos enfrente de una pinta. Ahora ya podré hablar de tulipanes, cocodrilos, arroz y Mary Poppins. ¿Temas de actualidad? Puede que no, pero como debió decir otro gran filósofo…que me quiten lo bailao

monosabio