Archivos para las entradas con etiqueta: vuelo

La cuesta de enero es un concepto mucho más amplio de lo que la gente piensa. La mayor parte de la gente lo asocia a apretarse el cinturón, a vigilarse después de los excesos navideños o a hacer cola a la puerta de El Corte Inglés. Pero para el expatriado medio como yo, significa el tener que volver a la rutina en tu país de adopción, donde el jamón está envasado en sobres, la cerveza se bebe de litro en litro y el pan tiene más parecido a un chicle Boomer de lo que debería.

cuesta_arriba[1]

Pues bien, el mejor modo de sobrevivir a este duro mes de enero es hacer una entrada progresiva. Una adaptación al entorno como Dios manda que requiere de relax, poco esfuerzo y una alimentación sana a base de embutido y frutos secos. Por esa razón ya hace unos meses que un grupo numeroso del guateque decidimos reservar un fin de semana para pasarlo en unas cabañitas perdidas en el campo no muy lejos de Dundee. Concretamente fuimos a parar a Huntingtower, un sitio a las afueras de Perth que tiene un castillo que sigue las mismas normas que la ciudad: pasa completamente desaPerthibido y que nadie se Perthcata de que está ahí.

home-47

Es verdad que probablemente este no sea el sitio más bonito de Escocia ni de lejos, pero desde luego era el sitio ideal para pasar un fin de semana de descanso bajo techo. Techo que fue más que necesario por que el sábado nos regaló un bonito día de tromba de agua desde el amanecer hasta el anochecer. Pero no importaba, estábamos preparados: juegos de mesa, innumerables barras de fuet, pacharán, pipas… el kit de supervivencia estaba listo. El olor a choto inundaba la cabaña, cuyos cristales empañados como el coche del Titanic invitaban a pensar que saldríamos en las noticias locales al día siguiente por acumulación de gases de efecto invernadero. Pero realmente a pesar del ambiente claustrofóbico que se respiraba en el ambiente, he de decir que pasamos un muy buen día.

Pero tras un día intenso de salchichón, pizzas y cebada fermentada… las bajas en el frente empezaron a ser numerosas a una hora no muy tardía. Por esa razón, aunque el domingo amaneció igual de nublado,  un nutrido grupo de guatequeros hambrientos se levantaron de los catres dispuestos a desatar sus instintos primarios e hincarle el diente a lo primero que se les pusiera por delante. Por poner un ejemplo representativo diré que el desayuno empezó con unos cruasanes del Tesco… y acabó con unas tostadas de anchoas con tomate que daban energía a un lemur ciego. Como teníamos la preocupación de que nuestros cuerpos se quedaran atrofiados si nos quedabamos encerrados y comiendo sin control un día más, decidimos no hacer mucho caso al tiempo –que amenazaba tormenta again — y salir a dar una vuelta. Fuimos a la zona de Comrie, a dar un paseo por el barro de Deil’s Caldron — o la Caldera del Diablo, que le da un toque mucho más místico. Y que gusto da de vez en cuando ponerse la ropa de montaña. En mi caso es saber que voy a ponérmela…y tener esa sensación de que puedo hacer el cafre todo lo que quiera. Da igual, sabes que te vas a manchar y que vas a acabar  hasta el culo de barro, pero no pasa nada, para eso está esa ropa. Así que ahí estuvimos sube tronco, salta charco, abraza árbol, haz foto a los hongitos mucilaginosos, metete en la cueva de un hobbit…muy divertido.

Y claro está. No hay fin de semana que se precie si no acaba con una buena barbacoa. No se que tienen esas barbacoitas portátiles de dos libras y pico, pero les deberían dar un premio por su logro en haber mejorado a la humanidad. Oye, que cosa más tonta y que manera tan eficiente y limpia de alimentar a ocho personas y un perro. Siempre hay que tener una lista para echarle una cerilla, nunca sabes cuando te va a hacer falta. Y también, que entrañable el vivir esa experiencia de tener la necesidad de acabar con todo lo que haya por que nada puede sobrar. Asi que, ¿qué hay que mezclar la última barra de fuet con un yogur? Se hace. ¿Qué hay que beberse el zumo mojando unos trozos de fuet? Se hace. ¿Qué hay que jugar a los personajes comiendo otra vez fuet? Pues se hace de nuevo, ante todo, que no haya miseria.

Así que de este modo a lo tonto casi nos hemos quitado enero del medio. Los días ya son más largos y de momento aquellas previsiones de que este iba a ser el peor invierno desde que los ingleses empezaron a tomar el té de las cinco no se han cumplido. Espero que este sea el primero de un montón de planes a lo largo y ancho del año. De momento, me paso las tardes como si trabajara en una agencia de viajes: vuelo por aquí, visita por allá…pero me encanta. ¡Más planes, más planes! ¡Qué no quede nada por hacer! ¡Tengo alergia al tiempo libre!

paris berlin amsterdam helsinki copenhague dublin stockholm madrid vienne lisbonne londres athenes luxembourg bruxelles reykjavik

Bb-primer-aniversario

Dundee, 23 de Junio: Año uno tras la llegada. Hoy llevo todo el día en modo revival y aún me cuesta creer que haya ya pasado un año desde que llegamos aquí. Recuerdo como si fuera ayer que el día de antes de partir mi hermana se había encargado de romperme la cama, no se si por odio fraternal o como mensaje explícito de que ya había llegado la fecha. Del momento traumático de coger la maleta, ir al aeropuerto, hacer esas cosas horrorosas que se hacen en ese sitio horroroso y de las horas interminables de vuelo mejor ni me acordaré. Mi cerebro es sabio y ha hecho un muro de hormigón infranqueable al que no puede acceder a por esa información. Pero si recuerdo bien el momento en el que abrí las cortinas rojas de la habitación 4 del Strathdon, mire al Tay en esa tarde gris, cogí aire y dije: «Bien, aquí estamos. Empieza la aventura».

strathdon

Hasta ese momento no me dí cuenta realmente del salto que acabábamos de dar. Por aquel entonces, llevábamos ya casi un año planeándolo todo, pero no se es consciente de la realidad hasta que te das de golpe y en las narices con ella. Las tesis estaban acabadas, Marta tenía trabajo y yo una entrevista en la que me lo jugaba todo o casi todo. Para nosotros suponía un cambio de vida total. Salir de casa, cambiar de trabajo, de país, de gente… todo era nuevo, suponía empezar de cero. De cero patatero. No teníamos nada que perder, era un momento ideal para hacerlo, todo estaba de cara…y desde luego no me arrepiento de nada (bueno, un poco del tiempo, pero no todo iba a ser perfecto).

ceropatatero

Ahora ya ha pasado un año y sinceramente no se si ya soy el mismo. No se si he evolucionado como un Pokemon o me he quedado igual que estaba pero más perfeccionado. He hecho cosas que jamás pensaba que fuera capaz de hacer como meterme en un banco a discutir acerca de comisiones y del tipo de interés, he regateado por un coche, me he peleado con una agencia de alquiler, he hecho croquetas, tartas de queso, crema de zanahorias, también he escrito un blog, he corrido mi primera media maratón, he visto focas, he bailado ceilidhs, ido al casino, me he bañado en el mar del Norte, he dormido en una autovía, he aprendido que el whisky no sabe a madera y también he aprendido a entender a un escocés hablando. Eso entre otras cosas, pero voy a parar por que sino voy a aburrir hasta las ovejas. ¡Ah, sí! También he visto ovejas, vacas peludas, vacas sin peludear, pájaros asesinos, gaviotas listas, gaviotas tontas, cuervos, ciervos, frailecillos… Yo que se, pierdo la cuenta de la de bichos y plantas que también he visto y que juraría que no salían en los libros de biología.

Y ahora mismo a día de hoy, aquí estamos. Después de un montón de «experiencias vitales» parece que todo ha pasado y que no ha sido tan difícil. Llevamos un año currando y nos hemos dado cuenta de que las cosas no son tan diferentes como parecían al principio. La ciencia es igual de «apasionante» en un sitio que en otro (cada uno que entienda lo que quiera), la gente habla de caca, culo, pedo, pis y las llamadas por teléfono son horribles…parece que nada ha pasado, Dundee es ya como nuestro pueblo adoptivo, el pub nuestro refugio y el Tesco nuestra segunda casa. Estamos ya casi tan asilvestrados como unos auténticos dundonian, y eso es lo más. 20130620_134437

Hoy hemos decidido ir a conocer el palacio de Scone para celebrar nuestro primer aniversario dundiano. En este palacio en Perth era donde antiguamente se coronaba a los reyes escoceses y donde estaba la famosa Piedra del Destino. Ese pedrucho que podría haberse sacado de las obras del metro de Glasgow ha supuesto que durante siglos los ingleses y los escoceses se hayan dado de mamporrazos. Pero hoy nosotros, por hacer del día algo un poco emotivo, hemos ido a conmemorar el calendario en el sitio donde la dichosa piedrecita estaba (por que esa es otra, cada uno dice una cosa). Así que allí, como si del mismísimo Jacobo VI y Mary Queen of Scotland nos trataramos hemos puesto la primera piedra de nuestra aventura escocesa.

El palacio en sí no merece mucho la pena, por que una vez visto uno, vistos todos. Y a nosotros, que ya estamos curtidos en esto de los palacetes, pues no nos ha sorprendido mucho. Lo mejor que tiene este sitio es el jardín de secuoyas gigantes, los pavos reales y un laberinto super chulo del que Marta se ha cansado a los diez minutos y ha decidido atravesar un seto (para mi total decepción) con tal de llegar a la fuente del centro y poder salir. El fin de fiesta lo hemos puesto en Paco´s, uno de nuestros restaurantes favoritos de la desaPerthcibida y Perthurbante ciudad de Perth

No se que nos deparará el futuro, estoy muy intrigado. Intento pensar que estaré haciendo en estos momentos el año que viene y escapa a mi imaginación. Pero lo que realmente quiero es estar escribiendo aquí otra vez para contar la de cosas que nos han pasado y la de cosas que hemos vivido. Eso significará que no he sucumbido bajo una botella de isopropanol, que Marta no se ha escapado a bailar belly-dance a un paraíso tropical o que yo no me he cortado un dedo intentando partir cebolla en rodajas cada día más finas. La experiencia continua, probablemente no sea un año tan sorprendente como este último, por que este siempre será «el primero», pero tengo muchas ganas. Una cosa que he aprendido en este primer año aquí en Escocia es que no hay momentos blancos o negros, todas las cosas y todas las personas tienen sus matices. Puede haber sol y lluvia al mismo tiempo, empieza el año dos.

¡Allá vamos!

P1050500